martes, 14 de agosto de 2012

Tres cuartas partes

Me llama mucho la atención, viendo la televisión, cuando le preguntan a una modelo o famosa qué es lo que buscan en un hombre. Todas, sin excepción, lo primero que contestan es que las haga reír. La respuesta me causa cierta perplejidad porque pienso que se conforman con muy poco; quizás es que yo soy algo exigente pero, sinceramente, para reír, me compro un payaso del circo. Yo necesito algo más que unas risas.

En realidad y sin ánimo de parecer pretenciosa, tengo ya mucho más que eso: tres cuartas partes de mi vida, o casi, las llevo compartiendo con la misma persona. En todo este tiempo juntos no sólo me ha hecho reír a pura carcajada, sino también llorar. Me ha hecho reírme de él, del mundo y de mí misma; me ha hecho llorar por él, por los demás y por mí también. Me ha dado alas, y muchas, para conseguir logros que por mí misma no hubiera sido capaz de alcanzar. Me ha dado la sensatez que, a veces, por mi carácter impetuoso, se me olvida en el rincón más recóndito de mi consciencia. Siempre está ahí, aunque refunfuñe; siempre consigue sorprenderme, a pesar de los años y nunca me defrauda.

Hoy es un día muy especial, en el que se cumplen años de un proyecto que iniciamos en común: un proyecto de familia que ha dado su fruto y que es nuestro don más preciado. Unos dirían que esto es cuestión de suerte, otros que es el destino. Nosotros creemos que es Algo más, infinitamente superior a nosotros que hizo que en un momento de nuestras vidas se cruzara alguien excepcional que convirtió nuestros destinos en uno en común, la gente le llama “Pepe, el cura”, pero nosotros sabemos que, en realidad, es un ángel con sus alas escondidas porque le da vergüenza enseñarlas. Los caminos del Señor son infinitos, y apenas ahora, empiezo a darme cuenta de ello.

Ahora que acaban de terminar las Olimpiadas, nosotros continuamos entrenando duro, porque vamos a por la plata. Tenemos el mejor Entrenador del universo, el esfuerzo va a ser grande pero es que todo lo bueno merece un empeño.

Espero, en los años venideros, seguir riendo, llorando, emocionándome, sorprendiéndome, agradeciendo,… en definitiva, viviendo. Y, por supuesto, compartiendo este camino con la misma persona, ésa que Dios puso a mi lado para hacer mi vida mucho más plena.

2 comentarios:

sacerdotisadeisis dijo...

Jo,

Me he quedado sin palabras. Una entrada preciosa, una pareja preciosa. Mi más sincera enhorabuena. No todo el mundo sigue teniendo tanta ilusión con el paso de los años. Estoy segura de que con vuestro tesón esa plata está asegurada.

Un besito,

Sacer

♥Alicia dijo...

Querida amiga, que el amor los una por siempre a tí y a tu esposo.
Bendiciones para la linda familia que a lo largo de estos años de matrimonio han logrado edificar.
Abrazos.