domingo, 13 de junio de 2010

El testimonio de los adolescentes


Hoy quiero transcribir literalmente un artículo publicado por Juan Antonio Paredes en la hoja dominical de la Diócesis de Málaga para este domingo. Como madre de un adolescente y un preadolescente, este artículo me hace reflexionar sobre el legado tan importante que los padres podemos dejar a nuestros hijos transmitiéndoles nuestra fe y nuestro amor a Cristo. Los padres de hoy tenemos que sembrar la Semilla y ayudarles a caminar desde chiquitos en el camino de la fe como fuerza que nos alienta para hacer un mundo mejor, de manera que ellos, padres del futuro, también pasen a sus hijos este hermoso testigo:

“El próximo viernes, día 18, la Iglesia de Málaga celebra la memoria de san Ciriaco y santa Paula, dos adolescentes que dieron su vida por mantenerse fieles a Jesucristo. Claro que eran otros tiempos y hoy no existen entre nosotros persecuciones sangrientas. Pero no es menos cierto que existe una persecución más sutil y, en apariencia, educada. Los adolescentes se ven ridiculizados cuando dicen que celebran la misa del domingo o se manifiestan contrarios al aborto y a practicar el sexo sin madurez suficiente para vivir y asumir sus compromisos.

Por eso siento cada día más admiración por aquellos que intentan vivir su fe sin dejarse arrastrar por el ambiente. Al principio, sus compañeros, e incluso algunos profesores, quieren minar su moral a base de sonrisas descalificadoras. Pero cuando comprueban la constancia y la lucidez de su postura, la fortaleza y alegría que irradian, acaban por admirarlos. Aunque no les comprendan, los admiran y respetan.

Son una minoría, que quieren vivir su fe como jóvenes. A veces, se tambalean y caen, pero se levantan y empiezan de nuevo, sin perder el buen humor ni la confianza en Dios. Algunos llegan más lejos: Se convierten en apóstoles de sus compañeros, y los traen a la Iglesia para que conozcan el Evangelio y hagan la primera comunión. Lo comprobé la semana pasada.
No sé si los sacerdotes los tomamos en serio y les dedicamos todo el tiempo que merecen. Necesitan ver que los queremos, que confiamos en ellos y que valoramos su fe. De poco serviría celebrar a San Ciriaco y Santa Paula, si nos olvidáramos de los jóvenes y adolescentes de hoy.”

1 comentario:

♥Alicia dijo...

Hola amiga, no conocía la historia de San Ciriaco y Sta Paula. Buscaré para leer más de sus vidas.

La juventud actual parece haber perdido su rumbo, pero no podemos negar que existen jovenes que hacen la diferencia. A estos jovenes debemos demostrarles nuestra confianza y animarlos a crecer en su fe en Cristo.

Para la reflexión tu post de hoy.

Recemos por los jovenes del mundo entero.

Besitos desde Argentina para tí.

♥Alicia