sábado, 13 de febrero de 2010

Capricho #1 (Al estilo malagueño)


Esta cabecita loca no para de dar vueltas y de inventar nuevos proyectos. Lo último, no contenta con este blog, decido abrir uno nuevo, mostrando otra faceta más de mí misma: la gastronomía, o mejor dicho, el disfrute del tapeo, ya sea dentro o fuera de casa. Me encanta inventar tapas o adaptar las que he probado por ahí. Mis amigos pueden dar fe de ello, ya que me gusta ponerles en el aprieto de probarlas, aunque puedo decir, modestia aparte, que salgo bastante airosa de la prueba.

Estaba yo muy contenta con mi primera entrada, cuando, a la hora del almuerzo, se desató la polémica; mi marido me comentó que una amiga, que lo había visitado ya, le había encontrado una pega: no venían las cantidades exactas de los ingredientes. Y es cierto, pero todo tiene una explicación: es una receta tan cotidiana en todos los hogares que cada uno lo hace a su manera. Yo sólo quise mostrar una de las muchas formas en las que puede hacerse este rico plato. La guasa en la mesa se desató.

Y es que si bien es verdad que en los mejores manuales de cocina suelen venir las cantidades exactas de los ingredientes, la obligación diaria de tener que cocinar, así como tus gustos particulares a la hora de comer, te dan una experiencia que te hace prescindir de la báscula.

Como después del almuerzo, continuaba el cachondeo, decidí “rectificar” mi receta, pero desde este rincón y de una forma muy particular, al estilo malagueño, gracias a una sugerencia de mi otro “yo”, mi hijo mayor. Y quisiera dedicarle esta receta, con mucho cariño, a esa amiga, cuya crítica considero constructiva. Y prometo, que en caso necesario, en próximas recetas, vendrán reseñadas las cantidades exactas de los ingredientes. Ahí va eso:



CAPRICHO # 1 (Al estilo malagueño)


Un plato que les encanta a mis hijos, una receta de toda la vida, pero a la que cada uno le da un toque especial. Estas albóndigas están elaboradas con un huevo de carne de pollo y pavo, una mijilla de sal, otra de pimienta, un pelín de nuez moscada, otra mijilla de perejil, ajos, huevo, un chorreón de leche, otro de vino blanco y una pechá de pan rallado. El truco consiste en hacerlas pequeñitas, se enharinan, se fríen... ¡y a disfrutarlas! A ellos les encantan con mayonesa, pero están exquisitas con crema de queso briè.

¡Buen provecho!

1 comentario:

ROSA dijo...

Te ha quedado muy bonito, te animo ha que sigas escribiendo.
He visto que puedes poner fondo y musica en el blog queda super, te emociona mucho lo que vas leyendo.
Un beso,


Rosita